
Cuando la pruebas, tus labios se convierten en un esquicito manjar, manjar que desearías que nunca acabara.
La Fresa, dulce como azúcar, hace que te estremezcas con el solo hecho de pensar que cada mordisco te traerá un inmenso placer.
La sensación que se siente al introducir en tu boca un sabor tan dulce y amargo a la vez, hace que tus emociones aumenten y no seas capaz de evitar pensar en ese sabor tan delicioso que tiene la fresa.
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